Se acabo el amor pero no el respeto

Se acabó el amor, pero no el respeto

Pedro y María llegan juntos al portal de un edificio. Tienen una cita importante. Han quedado con sus abogados, sus respectivos abogados…

A Pedro y María se les acabó el amor. Pero no por ello se les terminó el respeto. Se les terminó el cariño, se les terminaron las cosas que crearon en común… y lo más importante seguirán siendo los padres de sus hijos.

Por ello, han decidido regular los efectos de su ruptura de una manera coherente con el respeto que se tienen y que cada uno merece. Han decidido llevar a cabo un proceso de divorcio colaborativo.

Pedro y María llegan juntos a la reunión con sus abogados porque además de buscar su interés en la negociación para llegar a un acuerdo, van a hacer lo posible para respetar el interés del otro. Porque a veces el interés de uno mismo es compatible con el interés de la otra parte que negocian en un proceso. Simplemente hay que poner los medios para encontrarlo y uno de esos medios es ponerse en manos de los profesionales adecuados.

La mayoría de las veces no es necesario luchar como si de un enemigo se tratase.

En esa lucha, innecesaria y dolorosa, también se queda nuestra energía, se genera mucho daño, también a uno mismo. Tratar de regular los efectos de una ruptura de manera amistosa a través un acuerdo, siempre es recomendable. Pero además si a este acuerdo se llega mediante un proceso en el que las partes van a ser los protagonistas principales, guiados por unos abogados expertos en derecho colaborativo, con las reglas que ello implica, generando confianza, con transparencia y con las herramientas necesarias para facilitar el diálogo, se conseguirá que la relación entre esas personas se mantenga, para el futuro, con el equilibrio que merece.

Pedro y María van a ser representados y defendidos, sin duda, por sus abogados, de manera individual, con todas las garantías, pero a la vez, van a poder mantener una “armonía”, un viaje paralelo para poner fin a su ruptura, y regular sus efectos, de una manera coherente y respetuosa hacia el otro. Ese otro que hasta hace poco, ha sido su compeñr@ de vida. Y sigue siendo el padre o madre de sus hijos.

El camino no será fácil, pero se sentirán acompañados y guiados de manera profesional y personal. Porque los abogados que van a representarlos saben cómo facilitar ese camino. Se han preparado para ello.

Pedro y María finalizan su primera reunión, agendando la siguiente. Pedro y María salen juntos de la reunión. Pueden tomar el mismo ascensor. Salen juntos del edificio, al que juntos han llegado, para ser ellos, y no un tercero, con una sentencia que probablemente no va a satisfacer a ninguno de ellos, los que marquen su futuro.